Aquí tengo dibujados dos prados. Este pequeño prado rodeado de pequeñas montañas es uno de los motivos de que me encante vivir Aracena. Lo comencé una tarde de noviembre y se me fue la luz, lo continué otra tarde muy desapacible por el viento y el frío.
Este otro prado es muy extenso, y se encuentra en Conil, junto a la costa de Cádiz. Lo pinté en verano. Es un paisaje de llanura que hay que conocer bien, para saber que tras esta aparente monotonía existe toda una explosión de biodiversidad. Un placer para los aficionados a la ornitología.
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