He despedido el año con este apunte de Aracena desde la colina del castillo. Se escuchaban las voces de la gente del mercadillo, y el sol era muy agradable. No obstante mis perros se encargaron de tenerme estresado todo el tiempo con su no parar de carreras, juegos y empujones al borde del precipicio, y escarvando en la tierra y salpicándome una y otra vez.
Blog de Gabriel de la Riva Pérez sobre proyectos y enseñanzas artísticas